sábado, 14 de noviembre de 2009

Dafne y Barbazul.


¿Y qué me dices de la neutralización del género? No creo que no exista el neutro en castellano; es más, precisamente por ser el masculino el género no marcado –según la antigua escuela lingüística estructuralista- carece de la personalidad del femenino –esa personalidad que en ámbitos más prácticos y sociales nos niegan…-, por lo que resulta más fácil asimilar lo neutro a lo masculino… Es de las pocas veces que el lenguaje cuenta con un comportamiento feminista; se trata de una mala estrategia varonil, de una mala pasada de su principal herramienta de poder: el lenguaje. No obstante, a pesar de no estar de acuerdo con la inexistencia del género neutro en castellano y de admitir su asimilación a la forma masculina por ser la forma no marcada, sí estoy absolutamente de acuerdo con acabar de una vez con la neutralización semántica, la verdaderamente preocupante, la que permite los vacíos simbólicos que hacen imposible que las mujeres nos sintamos plenamente a gusto con nuestra principal herramienta de comunicación: el lenguaje. Desde esta perspectiva simbólica apoyo absolutamente el cambio fonológico del castellano respecto de la cuestión genérica.

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