lunes, 2 de julio de 2012

Los sonidos del silencio.



    En toda novela de aprendizaje, como en cualquier rito de iniciación, se enseña la importancia del silencio. Nada más acertado, más virulento, más cruel, más chirriante que el silencio.
   La fuerza del silencio era conocida en Grecia con el nombre de Aposiopesis, que significa 'reticencia': menos es más. Cuanto menos se diga y más se signifique más grato será para el receptor el mensaje que ha de descifrar; el autor que sabe usar los vacíos para llenarlos de significados guiña el ojo a su intérprete instándole a jugar con él desde la inteligencia.
   ¿Por qué estoy hablando del silencio como elemento crucial a la hora de contar, pintar, escuchar, musicar, abstraer historias? Antes de responder escucha esta pieza de Mompou: Música callada.





En retórica, la reticencia o aposiopesis (ἀποσιώπησις, 'silenciamiento') es, dentro de las figuras literarias, una de las figuras de omisión. Consiste en dejar incompleta una frase, destacándose más lo que se calla. (wiki)

 

Las figuras retóricas no sólo son frecuentes en la poesía o en la prosa poética; también es asidua a los noticiarios, deportes o publicidad. Inventa, por lo que más quieras, tres aposiopesis.





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